Historia del Negrito Bimbo.
El Negrito reapareció veinte años después, por destello, una
travesura del azar.
Un día de abril o mayo de 1973, José Luis Aragón, un veracruzano
avispado y con piel de habano al que apodaban El Teacher,
trabajaba como supervisor en la planta de Santa María la Ribera. Sacó del molde
dos piezas de medias noches —el pan para perros calientes— y los miró unos
segundos hasta que dijo:
—Estos panes cubiertos de chocolate serían unos ricos
panes negritos.
En poco tiempo el Negrito se convirtió en uno de los
productos más redituables de la empresa. En años recientes se le añadió
chocolate en medio y su venta creció aún más.
Cuarenta años más tarde, en el otoño de 2013, con Estados
Unidos como principal mercado de Bimbo y todo un potencial en crecimiento, una
decisión financiera llegó como un rayo inevitable: era momento de decir adiós
al Negrito y encontrarle un nombre terso e inocuo que le hiciera posible entrar
al mercado norteamericano, sin piedras en el camino.
A finales de octubre, en una página de Facebook, Bimbo
convocó a un concurso para rebautizar al Negrito. Hubo cuatro finalistas:
Funky, Choko, Nito, Rulos y Afro. Nito fue el ganador. La tradición se hizo a
un lado para servir a un fin menos romántico y más pragmático: ampliar las
ventas netas de Bimbo en Estados Unidos, que en 2012 ascendieron a 78 mil
millones de pesos, 8 mil millones más que el mercado mexicano y casi 50 mil
millones más que en América Latina.
Referencia:
Torre, W. (24 de noviembre de 2013). Dinero en imagen.
Recuperado el 11 de febrero de 2015, de
http://www.dineroenimagen.com/2013-11-24/29282
excelente trabajo compañera, trés bien
ResponderBorrarDeberían de dar un omenske póstumo a el teacher Aragón
ResponderBorrarPor ingenio y trayectoria